Aunque en ocasiones pueden manifestarse de forma similar, la bursitis y la tendinitis tienen un origen distinto, es por eso que es esencial realizar un diagnóstico oportuno para identificarlas y así, tratarlas correctamente para evitar que se vuelvan crónicas. ¡Infórmate más sobre este tema!
Las lesiones musculoesqueléticas son bastante frecuentes y pueden afectar a personas de todas las edades, sean o no físicamente activas.
Dos de las condiciones traumatológicas más diagnosticadas son la bursitis y la tendinitis, afecciones que suelen ser confundidas dada la similitud de sus síntomas. “De hecho, es posible sufrir las dos condiciones al mismo tiempo y cada una requiere de un tratamiento específico”, explicó la Dra. Gabriela Godoy, traumatóloga general.
Como según cifras de la OMS, las enfermedades que afectan al sistema locomotor son la primera causa de discapacidad física en el mundo occidental, es primordial poner atención a los síntomas y consultar con un especialista, para tratar estas afecciones a tiempo.
¿De qué se trata cada una?
Las articulaciones son estructuras complejas, que funcionan de manera sinérgica para permitir el movimiento de distintas zonas del cuerpo.
Además de los huesos, músculos, cartílagos y ligamentos, existen otros tejidos que tienen un rol clave en el organismo, como las bursas y tendones.
“Las bursas son bolsas llenas de líquido que lubrican zonas de roce de estructuras como músculos y tendones. Los tendones son estructuras fibrosas que conectan el músculo con el hueso. Cuando las bursas se inflaman, surge la bursitis y cuando es el tendón el afectado, se desarrolla la tendinitis”, aclaró la Dra. Godoy.
¿Por qué ocurren y cómo se manifiestan?
Si bien ambas condiciones producen inflamación en zonas distintas, pueden existir causas comunes que puedan provocar la aparición de una, la otra o las dos de forma simultánea.
Entre las causas más comunes de bursitis y/o tendinitis, están:
En cuanto a los síntomas, existen algunos en común tanto para la bursitis y la tendinitis, como dolor en la zona afectada, inflamación y dolor al tacto.
Sin embargo, también hay señales características de cada condición. “Por ejemplo, en la bursitis también encontraremos limitación del movimiento, enrojecimiento de la zona y dolor que se acrecienta en la noche. En la tendinitis, puede existir crepitación, que es un crujido o chasquido al mover la articulación y rigidez”, señaló la especialista.
Cuando ambas condiciones se manifiestan de forma simultánea, pueden surgir la mayoría de las molestias mencionadas, aunque también dependerá de las zonas afectadas y la gravedad de las lesiones.
La mejor forma para determinar si los síntomas corresponden a una bursitis o tendinitis, es acudir a la consulta con un médico especialista en traumatología.
En esa instancia, se realizará un análisis de la historia clínica del paciente, un examen físico para evaluar la zona afectada y señales de sensibilidad, hinchazón y/o limitación del movimiento y también, el médico podrá recomendar la realización de exámenes imagenológicos para confirmar el diagnóstico, como:
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